En Argentina, los argentinos cambian de propiedad apenas “una o dos veces en su vida”, mientras que en Estados Unidos lo hace entre ocho y diez.
El fenómeno, conocido como ciclo de recambio habitacional, refleja cuán activo es un mercado y está vinculado a factores como “escaso acceso al crédito hipotecario, una fuerte cultura de permanencia y herencia familiar, alta informalidad laboral y un mercado dolarizado con barreras de entrada muy altas”.
“Saber que un argentino cambia de propiedad sólo una o dos veces en su vida, mientras que un estadounidense lo hace hasta 10, revela un mercado atrapado en la inercia. Necesitamos derribar barreras estructurales que frenan el acceso, la movilidad y el desarrollo urbano”, afirmó Mariano García Malbrán, presidente de CAMESI.
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