La profunda transformación de la figura del corredor inmobiliario

La profunda transformación de la figura del corredor inmobiliario

Son cada vez más los corredores inmobiliarios que desarrollan su perfil comercial y empresarial. A medida que evolucionan los tipos de propiedades, los inversores, los inquilinos, los consumidores, pero también las fuentes de capital y la tecnología, los profesionales de la industria inmobiliaria y la forma en que trabajan se va modificando para garantizar el éxito continuo.

En el pasado, un corredor inmobiliario podía sobrevivir e incluso quizás desarrollarse trabajando como una isla. Sin embargo, actualmente su trabajo se centra más en ayudar a las personas a resolver problemas estratégicamente que en vender o alquilar espacios. Dado que los clientes demandan más servicios de consultoría, muchos profesionales se dan cuenta de las ventajas de ofrecer servicios centrados en el cliente en lugar de la intermediación tradicional y, por lo tanto, buscan oportunidades multifacéticas.

Así, en línea con las nuevas exigencias del mercado y de los clientes, los profesionales exitosos encaran un cambio de mindset y se rodean de un equipo multidisciplinario para hacer crecer sus negocios comercialmente. Lo cierto es que los clientes quieren estar seguros de que esos equipos –de los que participan abogados, escribanos, administrativos, comerciales y vendedores, expertos en marketing, entre otros– pueden generar y utilizar estudios de mercado precisos, comercializar los espacios de forma creativa, mantener y capitalizar relaciones de calidad, y negociar todos los aspectos de una operación.

En lugar de una sola persona multitasking (una situación que es imposible de sostener en la práctica), el trabajo cotidiano en las oficinas inmobiliarias requiere un equipo de especialistas que asuman las diversas funciones. Y, en muchos casos, los clientes con múltiples activos y necesidades muy variadas requieren que los equipos colaboren en todas las líneas de servicio.

“La figura del corredor inmobiliario está atravesando una transformación profunda, tanto en Argentina como en el mundo. Ya no se trata simplemente de un intermediario entre partes, sino de un verdadero profesional del acompañamiento, la estrategia y la confianza. En este nuevo contexto, el corredor inmobiliario se convierte en asesor integral. Ya no vende propiedades: interpreta necesidades, traduce emociones y ayuda a las personas a concretar proyectos de vida. El cambio es cultural, generacional y tecnológico. Herramientas como la inteligencia artificial, el big data y las plataformas digitales no reemplazan al profesional, pero sí exigen una actualización constante y una mentalidad abierta a la evolución”, advierte Mariano García Malbrán, presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (CAMESI) y director de Keymex Latam y Argentina.

Además de contar con miembros con diversos conocimientos, habilidades y talentos en equipos específicos, la capacidad de una empresa inmobiliaria para ofrecer experiencia en diversos tipos de propiedades es fundamental. Resulta clave poder atender las diferentes necesidades de todos los activos de los clientes, ya sean industriales, comerciales o de uso mixto.

A medida que se consolida el mercado de compra-venta de inmuebles en nuestro país, todas esas oportunidades son posibles siempre que los corredores inmobiliarios se rodeen de un equipo multidisciplinario que les permita enfocarse en desarrollar su perfil empresarial para poder hacer crecer sus negocios. En este sentido, el corredor del futuro —que ya es presente— necesita un entorno que lo potencie y que lo capacite: trabajar en redes y apostar por el marketing digital resulta esencial en su actividad.

“La profesión está viva, en movimiento, y depende de nosotros evolucionar con los tiempos y tecnologías que corren, pero sin dejar de lado lo humano que jamás se podrá sustituir por completo”, cierra García Malbrán.